No cabe duda que nuestro sistema de justicia vale madre. Julio César Godoy Toscano, obtuvo sus privilegios como diputado federal a pesar de que tiene una orden de aprensión en su contra por ser sospechoso de tener nexos con el narcotráfico.
El dispositivo de policías plantado fuera del congreso en San Lázaro NO FUE SUFICIENTE para agarrar a este tipo: ahora resulta que nosotros le estamos pagando su señor sueldo, porque es un señor sueldo el de los diputados federales, a un prófugo de la justicia. Parece una novela de realismo mágico, y es que este tipo de situaciones sólo ocurren en América Latina.
Una situación que merece risa, llanto y furia; más vale que la autoridad despierte antes de que lo haga la sociedad entera.
De manera pesimista, no tardará el llamado a defenderte por tus propios medios a la delincuencia...
Es más, hasta un posible llamado a la desaparición del gobierno actual y un cambio radical que hará temblar este país...
Espero que los congresistas hagan caso al llamado de hizo el Rector de la UNAM con motivo del festejo de los 100 años de la Universidad. Un llamado congruente y aún a tiempo para componer el rumbo.
Para terminar con mi catarsis: el mentado Julio César habla como pendejo, como queriendo llorar. Si dice que es inocente se hubiera entregado a la justicia. Pero como él dice que es "abogado en derecho" entonces supongo que sabe perfectamente lo que hace.