jueves, noviembre 18, 2010

Realismo mágico de una revolución que no terminó

Para establecer los parámetros de interpretación de la Revolución mexicana hace falta enunciar algunos acontecimientos clave para su desencadenamiento y posterior ruptura histórica más no su desenlace, ya que ésta no ha concluido.

Empezaré en la época del Porfiriato, el cual tenía por objetivo que México se modernizara para que se desarrollara en un modelo económico capitalista. En el país no había capital y Porfirio le dio entrada a la inversión extranjera. Esencialmente esto fue lo que provoco los primeros conflictos y posteriormente la revolución.

Como ocurre hoy en día, Díaz le dio mayor concesión a los extranjeros y descuidó los capitales nacionales. Sin duda alguna, hubo beneficios económicos para México, pero no repartieron entre la población (sólo para variar). Llegaron los primeros bancos y comercios extranjeros como El globo, la panadería que aún existe o el Palacio de Hierro; también el Banco de Inglaterra, que se convirtió en el desaparecido Serfin. Díaz estaba muy influenciado por Europa, sobre todo por Francia.

Como en toda revuelta social, tiene que haber quien ponga las ideas, la organización y mando y quien ponga la sangre durante la lucha. Ese quien que aportó la sangre en la Revolución, fue el sector campesino, ya que los obreros en aquella época no eran numerosos, es decir, apenas comenzaban las industrias en el país y existían los formas del modo de producción feudalista sostenidas por ese quien.

Existían dos tipos de campesinos:
Los del norte, que al estar más cerca de EU, estaban influidos por las ideas de las vecinos del norte. Querían un pedazo de tierra y estaban de acuerdo con el capitalismo. No eran tan maltratados como los campesinos del sur.
Los del sur, eran explotados al máximo; al contrario de los norte que estaban rodeados de las nuevas industrias y gozaban de ‘mejores’ condiciones; los del sur, no sabían de la existencia de sindicatos y eran engañados en las tiendas de raya para endeudarlos de por vida, vivían en condiciones inhumanas, eran esclavos. Una visión más amplia se puede encontrar en el libro de John Kenet Turner, México bárbaro.

La versión oficial nos dice que la revolución inició con Madero. Antes de él estallaron otros levantamientos pero fueron sofocados brutalmente por el ejército. Madero decidió entrar a la carrera por la presidencia de México cuando Díaz declaró en entrevista a un periodista que ya no se reelegiría. Lo que la versión oficial no dice es que Madero quería que todo siguiera igual que con Porfirio: prioridad para los ricos. Madero era adinerado y terrateniente y quería llegar al poder por el beneficio de los terratenientes, así gana las elecciones pero Porfirio decidió que siempre no. Madero temeroso huye a EU. El gobierno del norte lo apoya pues a sus ojos Porfirio se había vuelto anacrónico (una intervención más del gigante del norte), vuelve a México y promulga el Plan de San Luis, en donde en un apartado muy chico dice que se repartirán las tierras con lo que se echa a la bolsa a los campesinos. Madero entra triunfante al Centro de la Ciudad de México, justo por la actual calle de Madero a un costado de la Torre Latinoamericana. A Díaz no lo que más que huir a Francia.

Vendría lo mágico del aquel momento. Zapata se entrevista con Madero y le dice que ‘le entre’ con lo que prometió sobre las tierras. Obviamente, el presidente no podía repartir las tierras porque era ir en contra de sus amigos terratenientes. Entonces le dice a Zapata que repartirá si entrega las armas. Por supuesto que no entrega las armas porque se da cuenta que las tierras jamás serán repartidas.

Madero no quería provocar todo eso, pero inevitablemente sucedió ya que él no contaba con el descontento de los campesinos.

Zapata pretendía abolir la Propiedad privada y lo hizo en Morelos, donde repartió la tierra en contra de Madero; Zapata era un socialista sin tener conciencia de ello. El gobierno se dio cuenta de la peligrosidad de Zapata y lo asesinó.

Hubo una ocasión en que los ejércitos del norte y del sur llegaron a la capital de México, entraron por la misma calle que lo hizo Madero, pero antes pasaron al que ahora se conoce como el Sanbors de los azulejos a comer. Villa y Zapata tenían el poder en ese momento, habían ganado la revolución, pero de nueva cuenta la realidad mágica que sólo ocurre en América Latina, ocurrió aquí, en la región más transparente; Los campesinos no supieron que hacer con el poder y se regresaron a sus hogares, no sin antes tomarse aquella foto en donde aparecen ambos caudillos en la Silla presidencial.

Después de este breve y compendioso contranálisis, concluiré escribiendo que los campesinos no ganaron ni perdieron propiamente, la Revolución quedó interrumpida y en algún momento concluirá. ¿Por qué quedó inconclusa? Muy sencillo, debido a la política de masas implementada por Porfirio en donde se sometía al pueblo a través de la fuerza. Cuando Carranza promulga la Constitución de 1917 en donde se trató de convencer a la gente que era tomada en cuenta y que formaba parte de la vida política del país. Por ejemplo, a los campesinos se les incorporó en el artículo 27 con la promesa de que se repartirían las tierras. Así el mismísimo Zapata entrega las armas al igual que Villa y se logra que este sector se tranquilice. A los obreros se les incorpora en el articulo 123 con derecho de huelga y la regulación de las relaciones entre privados y obreros.

Con esta política de masas se nos hace creer en un gobierno incluyente. Pero basta con leer el artículo 3 para darse cuenta de que en la práctica es falso, no todos tienen educación; las instituciones educativas están allí pero no todos pueden llegar. Una encuesta del 12 de noviembre de este año revela que 4 de cada 10 niños no asisten a la escuela.

Fue así que, organizada con base en el consenso, en el convencimiento, fue escrita por burgueses la Constitución de 1917. Este hecho me recuerda un poco Otoño del patriarca de Gabriel García Márquez.

Solo me queda enunciar cinco interpretaciones que se puede hacer a la Revolución.
Pequeñoburguesa:
La inició la clase burguesa y el material humano fueron los trabajadores agrarios. Además el beneficio se lo llevaron los pequeños burgueses, es decir, la clase media.
Política:
Sólo se quería cambiar el régimen político, se incorporó la política de masas. En una revolución de be haber un cambio económico, pero en México no lo hubo, el capitalismo siguió existiendo y hoy en día sigue muy fuerte.
Burguesa:
Se logró la propiedad privada y la libre competencia, que son los objetivos de la burguesía.
Socialista o popular:
Por Zapata específicamente y por que la organización de los campesinos era local.
Bonapartista:
Es la tendencia del Estado a ponerse encima de las clases dominantes, grupos y fracciones.

miércoles, noviembre 03, 2010

¿Guerra contra el narco?

Aproximadamente, 30 mil muertos (hipervínculo pendiente) ha sido el saldo de la inútil guerra contra el narcotráfico iniciada por Felipe Calderón. El presidente inició esta guerra con el afán de legitimarse en el poder después de una elección enrarecida, ya conocemos la historia...
Para justificar 'su guerra' dijo que se estaba elevando el índice de drogadicción en la población mexicana: no ha presentado un informe que refleje este argumento. También dijo que el narco se ha infiltrado y ha corrompido al aparato gubernamental: no ha caído un solo funcionario acusado de tener nexos con el crimen organizado; el michoacanazo fue una farsa o un reflejo de la ineficacia de la PGR y que Julio César Godoy Toscano "chingue a su madre" (Sentir de la población. 2010) hasta que demuestre lo contrario.
El hecho de la captura de La Barbie, El Grande, sicarios, lugartenientes y demás, así como 'los decomisos históricos', no refleja un triunfo por parte del gobierno en esta 'cruzada' contra el crimen. Es decir, cortar cabezas a la hidra implica que le saldrán más.
Que no nos quieran pendejear, desde que inició la guerra contra el narco, el gramo de cocaína subió de 200 a 350 pesos en promedio; alguien se está beneficiando del valor agregado que representa la persecución, la criminalización, la guerra. Alguien se está beneficiando del gran negocio que representa el tráfico de drogas (escribí algo al respecto en la entrada Obama's backyard).
La droga sigue circulando por todo el país y en EU, donde el índice de adictos se elevó según un estudio (hipervínculo pendiente) de hace unos meses. El índice de robos en nuestro país subió (hipervínculo pendiente) como consecuencia de la alza de los precios de las drogas: el adicto seguirá consumiendo al precio que sea; si antes asaltaba a una persona para sacar para su vicio ahora asaltará a dos.
La guerra no funciona, lo ideal es legalizar todas las drogas. Lo cual no quiere decir que debamos consumirlas, la sociedad debe seguir inculcando entre sus miembros que al igual que el alcohol y el cigarro, las drogas son sustancias nocivas. Fuera de esto cada quien responderá como su criterio y educación se lo dicten.
Con la legalización se trata de desaparecer un nicho de negocio para el crimen organizado. En general ésta y otras actividades delictivas se deben combatir con educación y empleo, pero parece que estos derechos constitucionales no son considerados indispensables en el presupuesto o en las reformas de ley integrales.