La tenencia se ha convertido en un impuesto difícil de llevar para los poseedores de un automóvil. Incluso cae en lo absurdo, porque a quién le va a gustar que le cobren por poseer un bien.
Por otro lado la protección al medio ambiente es un asunto poco atendido por el gobierno mexicano, y sí, es caro pero existen opciones viables para hacerlo.
Mi propuesta radica en la eliminación de la tenencia, pero los voraces cobradores de impuestos se preguntarán cómo van a llenar ese déficit fiscal. Pues creando un nuevo impuesto que se cobre en función del tamaño de motor que tengan (de serie) los automóviles. Es decir, los autos que se fabriquen con motores menores de 2.0 quedarán exentos de este impuesto; y los de mayor tamaño pagarán en proporción. Obviamente los carros híbridos y eléctricos también estarán exentos. No hay pérdida, sino inversión en la protección ambiental.
De esta manera se promoverá la compra de autos amigables con el medio ambiente, habrá menos emisiones de CO2 a la atmósfera y nos sujetamos al principio de 'quien contamina, paga'.
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